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Emocional. Sentimental. Elemental

Nuestro organismo se encuentra en continua interacción con su entorno, y esto tiene como consecuencia el crecimiento del organismo a través de la asimilación de una parte de ese entorno. Sin embargo, lo obtenido en este intercambio puede ser además de nutrientes, conocimiento, experiencia, confianza, etc. Este proceso solo puede producirse en el lugar y el instante presentes. Los conceptos “aquí y ahora”, repetidos hasta la saciedad como parte de las técnicas de mindfulness, tan populares hoy, se refieren a lo beneficioso de no imaginar, recordar o anticipar en exceso, para poder experimentar el momento presente lleno de verdad, excitación y recompensas. No se puede producir ningún cambio, ninguna satisfacción, si no se hace desde el presente incorporando elementos nuevos sobre los que actuar. Sin embargo, la experiencia del pasado directa o indirectamente nos hace sentir lo que sentimos en el momento presente.


La emoción y el sentimiento, son básicos para la vida, como la lectura y la escritura lo son para el conocimiento. Son conceptos diferentes, pero íntimamente relacionados. Recuperando un ejemplo bastante clarificador de Jean-Marie Robine: ¿Cuándo te pisan un pie, quién siente el dolor?¿Tu pie o tú?.

Existen numerosos estudios en este sentido, y para adentrarnos en el tema expondré algunas pinceladas. Cabe destacar las posiciones de Joseph LeDoux y Antonio Damasio, que aportan elementos relevantes al estudio de las emociones. En el caso de LeDoux, se ha señalado como un dato valioso que el investigador denuncia una tendencia histórica a separar la emoción y la razón como si se tratara de aspectos opuestos cuando, desde su punto de vista, no hay mentes sin emociones.

Por su parte, Antonio Damasio en su libro “el error de Descartes”, explica que mientras las emociones se experimentan de manera física, sin un proceso racional previo, los sentimientos si se piensan antes de reflejarse en el cuerpo. Damasio ha mostrado que la racionalidad humana, entendida como facultad para tomar decisiones, está indisolublemente conectada con la dimensión emocional.


Otra propuesta muy interesante a resaltar, es la de Martha Nussbaum, que nos lleva a reflexionar sobre las emociones como un componente esencial en todo ser humano. Desde que somos pequeños, nos han hecho creer que sentirlas nos hace más débiles y por eso en vez de ser educadas, fueron reprimidas. Para Nussbaum las emociones contienen juicios de valor, pueden educarse y evaluarse, y son claves a la hora de ayudar en la validación de buenos proyectos y de oponernos a los malos. El resultado que tengan según sean utilizadas, dependerá de su correcta educación, y de la visión adecuada de cuál es la buena vida, cuáles son los objetivos que será positivo alcanzar para nuestro desarrollo personal.


Por último, los resultados de un estudio finlandés, (Nummenmaa, Glerean, Hari y Hietanen, 2013) confirmaron que somos capaces de ubicar las variaciones del estado emocional en diferentes áreas de nuestro cuerpo. Las emociones se sienten en el cuerpo. Así que, queda conectar con dónde lo siento en mi cuerpo y escuchar.

Con los resultados obtenidos, se elaboró el siguiente "Mapa corporal de emociones" publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences:



Los autores del estudio sugieren que la evidencia del papel que juega el cuerpo en el proceso emocional, nos puede ayudar a entender los cambios en los estados de ánimo.


Siendo así, la emoción es una reacción biológica ante los estímulos internos y externos, que nos altera para bien o para mal. La emoción mueve y agita el ánimo, es la forma que tiene nuestro cuerpo de mostrarnos que pasa algo, de llamar nuestra atención para que actuemos en consecuencia. Una idea importante en este sentido, “es que la emoción no se desencadena simplemente como reacción frente a algo, sino que tiene intencionalidad, es decir, busca la satisfacción de una necesidad” (Jean-Marie Robine). Surgen de forma intensa pero efímera, como resultado de una breve y superficial valoración de una situación.

Por su parte, los sentimientos surgen como resultado de la emoción, haciendo al individuo consciente de su estado de ánimo. Se trata de la representación y elaboración cognitiva de esas experiencias emocionales, estados del cuerpo y recuerdos. Son aspectos del ámbito interno, que florecen bajo la influencia de los condicionantes sociales e históricos. Tienen menor intensidad, pero una duración más prolongada. A veces, los aplazamos por no querer enfrentarlos, en algunos casos llegando a quedar enquistados. Los sentimientos no siempre vienen acompañados por acontecimientos externos. Un sentimiento lo podría activar un pensamiento. Por ejemplo: el sentimiento de tristeza por la muerte de un ser querido.


En virtud de todo lo expuesto, para poder evaluar correctamente todo lo que nos sucede en la vida, hay que tener una amplia perspectiva al juzgar los acontecimientos. Con el paso del tiempo, gracias a las experiencias vividas, podremos analizar y ver que las cosas no siempre acaban como empiezan. Que algo que en un principio tiene una apariencia, pasado un tiempo puede tener otra bien distinta. Y que hay que tener calma y paciencia para comprender realmente lo que significa algo en nuestra vida.

Todos queremos que las cosas nos vayan bien. Tenemos sueños, aspiraciones y necesidades que cubrir. Las circunstancias que nos rodean a veces parecen desmoronar todo lo que ansiamos, y muchas veces casi sin darnos cuenta, nos dejamos arrastrar por la desesperanza. Una sugerencia eficaz, es plantearse con sinceridad si aquello que se desea o creemos necesitar es lo que realmente se quiere conseguir. De nada sirve escudarse en lo mal que uno lo ha pasado o en la inseguridad que se ha acabado teniendo por una u otra causa. Llega un momento en que hay que dejar de quejarse, y empezar a pensar qué hacer para mejorar la situación que por suerte o desgracia nos haya tocado encarar. Hay una frase de Mario Quintana, que me gusta mucho, y dice así: algunos se pasan la vida persiguiendo a las mariposas, intentando atraparlas, sin saber que arreglando su jardín éstas vendrán solas.


Como conclusión, es esencial desarrollar la gratitud por todas las cualidades que tenemos y todos los apoyos que hemos recibido a lo largo de nuestra vida, incluso por aquellas cuestiones que no salieron como esperábamos. Aceptar, perdonar y sobre todo perdonarnos. Recomenzar una y mil veces. Todo camino aporta algo. Y tú decides que quieres guardar.




 
 
 

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